En estos tiempos de pandemia, uno de los problemas que nos vamos a encontrar en nuestras aulas es el de la falta de continuidad de enseñanza presencial. Puede que durante un tiempo todo el alumnado y el profesarado pueda asistir al aula de forma continua, puede que esa asistencia sea interminente, con cuarentenas, con esperas a pruebas de COVID… y con esta realidad la organización de las aulas y la metodología no puede ser la tradicional. Si nos empeñamos en seguir como siempre nos encontraremos con mucho estrés y con muchos problemas para ayudar a nuestro alumnado en sus aprendizajes.
Sin embargo, si aprovechamos para “desescolarizar” nuestra mente y nos fijamos en el funcionamiento de escuelas rurales internivelares con un alumnado de diferentes edades, que se ausenta según la temporada laboral de sus familias, las “pasas”, los contagios, habituales de invierno o primavera u otros problemas que suelen surgir; en unas escuelas rurales que tienen mucha experiencia adaptando su organización y su metodología a esas realidades como hemos practicado en escuelas como la de Sahún durante muchos años, podemos encontrar ideas y recursos para abordar esta situación con más garantías de éxito.
Entre lo que hemos aprendido, de forma resumida, se podría nombrar:
- Tenemos que centrarnos en cada alumna y alumno individualmente, sus necesidades, sus aprendizajes actuales, sus capacidades, sus ritmos de trabajo y sus intereses. O sea, partir del niño o niña y no del libro de texto o de los contenidos y competencias del currículo. Esos contenidos y competencias son sólo una referencia y un lugar de llegada para organizarnos, no de partida.
- Buscar la alianza, la participación y la complicidad de la comunidad educativa tanto para ayudarnos como para recoger sus aportaciones y sugerencias.
- Fijarnos en el territorio local, en que cada niña y cada niño tiene en su entorno social y físico posibilidades y recursos de aprendizaje.
- Darle importancia al territorio digital, al uso de las TEDIs, a poder ser con software libre, tanto como herramienta de información y comunicación como espacio de aprendizaje.
Esas ideas se pueden plasmar en metodologías vivas y activas no tradicionales con herramientas como:
- El Plan personal como herramienta de organización de cada niña y niño que vertebra las actividades y propuestas a realizar a lo largo de la semana, de la quincena, del mes…
- El compromiso de realizar pequeños proyectos individuales o en pequeño grupo adaptados a la distancia.
- El Cuaderno de viaje.
- La investigación del medio, las matemáticas, la lectoescritura… mediante retos y juegos.
- Los textos libres.
- El Cuaderno o Libro viajero entre el alumnado de la propia clase o con otras.
- La realización de fichas con un enfoque de pasatiempo.
- Propuestas de elaboración de presentaciones, podcasts, programas de radio, vídeos…
- Las Webquests y las Cazas del tesoro.
- Las “apps” y los juegos digitales.
- …
Y entrar en procesos de evaluación basados en documentos, trabajos, exposiciones y conferencias… y no en exámenes y notas.
Pero si hay algo esencial que no deberíamos olvidar es la comunicación auditiva y visual diaria a través de videoconferencias individuales o colectivas con sesiones fijas en plataformas como jitsi, lo que además, nos permitiría un tiempo de aula digital fundamental cuanto más pequeñas sean nuestras niñas y niños por la necesidad de afectividad en las interacciones de enseñanza y aprendizaje, y una estructuración más estable del tiempo colectivo.
Y si estos planteamientos los llevamos a cabo cada día también en la enseñanza presencial no nos será ningún problema dar el salto a una educación combinada con periodos a distancia.
Pero no quiero extenderme aquí. Si quieres ampliar estas ideas puedes hacerlo en “Metodologías activas. Recursos para el aula“, o, si tienes otras sugerencias, puedes compartirlas para que otras personas puedan conocerlas y probarlas.