Desde la comunidad educativa de Olba nos hacen llegar la siguiente carta:
Una vez más las niñas y niños han sido olvidados. Se siguen tomando decisiones desde arriba. Siempre desde arriba sin mirar qué sucede abajo. Desde arriba con la mirada de adulto, desde arriba con la mirada de dirección, desde arriba en una oficina de ciudad… y mientras tanto desde abajo la vida tiene que seguir.
Las familias de Olba fuimos y somos claras. Queremos que se dé el valor que le corresponde al Proyecto educativo del Aula de Olba, consolidar el equipo
educativo, tener unas instalaciones adecuadas y apoyar a toda una Comunidad educativa que está apostando por la educación pública de calidad y por dinamizar el medio rural.
Cuarenta y nueve (49) niños y niñas están deseando volver a la escuela. 49 niños/as están deseando compartir la experiencia de aprender en compañía. Según los ratios que marca el departamento de Educación la escuela de Olba deberá tener para este curso que se inicia, 4 aulas, una de infantil y tres de primaria.
A día de hoy aún no tenemos espacio físico para poder repartir al alumnado en 4 espacios y la opción que nos plantea Educación es inaceptable. Dividir el colegio entre dos edificios separados por 3 km de carretera secundaria no es una opción que las familias podamos permitir por tres razones principalmente:
–* La primera y más importante, porque impide llevar a cabo nuestro proyecto educativo. Motor exclusivo de esta comunidad educativa y causa principal del crecimiento exponencial y que está siendo a su vez motor de repoblación, sorprendentemente, en esta parte de la España vaciada en la que nos ubicamos, facilitando la repoblación no solo de Olba sino de los municipios colindantes.
–* En segundo lugar, la escuela de Los Ramones no reúne los requisitos mínimos para educar. No dispone de buena acústica, ni calefacción, ni patio y lo que más nos preocupa, pone en peligro a las familias estando ubicada en un barrio donde hay que acceder por un badén inundable cruzando el río Mijares. Las crecidas de este río oscilan anualmente pudiendo suceder de una o dos, o hasta 10 veces como ha sucedido algún año.
–* Y la tercera razón es la dificultad de conciliación familiar y laboral. Para
muchas familias, esta división de aulas, supone una dificultad añadida en este
entorno rural que no resulta fácil, donde las familias que tengan varias/os
hijas/os de diferentes edades han de hacer viajes a ambos lugares cada día. A día de hoy, hay familias que les resulta imposible hacer este trayecto, por
incompatibilidad en sus trabajos.
Nos encontramos en un momento muy complicado, donde las niñas y niños, ya han tenido que soportar mucha inestabilidad.
Desde hace años y especialmente desde que se jubiló Delfina Ruiz, han pasado varias profesoras por la escuela, sin poder dar la calidad y continuidad del proyecto de innovación.
El edificio de la escuela, no reúne las condiciones necesarias para las necesidades infantiles. No hay aulas adecuadas con suficiente espacio, son insalubres por el alto nivel de humedad existente, el patio es minúsculo y los baños no están adaptados, por poner algunos ejemplos. Y por último, la incertidumbre e inestabilidad de este curso pasado, derivado de la situación provocada por la pandemia.
Es por toda esta inestabilidad y falta de cuidado hacia nuestra comunidad educativa, que necesitamos encontrar la mejor solución posible para este próximo curso y los cursos venideros.
El crecimiento exponencial del colegio de Olba no ha sido imprevisible ni
extraordinario, no ha sido de repente. Este crecimiento ha sido evolutivo, previsible y extraordinariamente maravilloso.
El reconocimiento de tantas familias que se interesan por nuestra escuela, que ponen en valor el trabajo de tantas personas de nuestra comunidad educativa y que deciden cambiar sus vidas apostando por la escuela pública rural es admirable. Esto nos enorgullece, nos llena de alegría y nos hace crecer. Sin embargo, seguimos atónitas e indignadas porque nuestro proyecto, motor de repoblación en la mal llamada España vaciada, nuestro proyecto que llena de vida las calles de varios pueblos de esta comarca, que apuesta por un modelo de gestión comunitaria, que integra el entorno donde se encuentra, que pone en valor la naturaleza y que le da voz a las niñas y niños, es sistemáticamente invisiblizado y menospreciado día tras día por aquellas administraciones que nos representan.
Desde 2016 que se creó la Comunidad educativa llevamos reivindicando las mismas demandas. Resaltando la importancia de cuidar iniciativas como la nuestra, viendo la progresión de aumento de alumnado y solicitando mejoras en el edificio escolar.
Entendemos que las administraciones tengan sus plazos pero las vidas humanas tienen otros. Dos cursos de inestabilidad escolar pueden ser muy importantes para el desarrollo personal y académico de nuestros/as hijas.
Desde junio de 2020, hemos notificado al Departamento de Educación del Gobierno de Aragón, la situación actual. Hemos estado exponiendo nuestras necesidades desde el primer momento, y que no es la primera vez que exponemos que nuestra escuela carece de espacios necesarios, que uno de ellos es insalubre, que no contamos con un patio en condiciones, que la comunidad educativa reivindica la necesidad de gestión autónoma,…
Por todo ello, no solo pedimos ser escuchados/as sino que se nos dé una solución digna e inmediata, declarando, si es necesario, una actuación de emergencia por la fecha en la que estamos.
Siempre se han solventado los problemas desde la Comunidad Educativa, creemos que ya es hora de empezar a dar respuesta a todo eso que está como NO debe de estar: patio, aulas, gestión…Y no estamos dispuestas a seguir aceptando espacios que no están preparados para albergar a nuestros niños/niñas a fin de buscar soluciones provisionales.
Necesitamos una respuesta que tenga en cuenta las necesidades de nuestro proyecto educativo y que la Comunidad educativa sea partícipe de estas decisiones.