Sahún, 15 de marzo de 2013
Ayer tuvimos la suerte de contar en la escuela de Sahún con la magia de Fernando Maestro, con los juegos tradicionales que guarda en su pequeña maleta de madera, y con su ilusión y su pasión por transmitir todo ese mundo cargado de creatividad, imaginación y no consumismo que todavía podemos tocar con la punta de los dedos, y que tenemos a nuestro alcance con sólo pararnos un momento a disfrutar de esos juegos y de las personas que los jugaron antes en nuestros pueblos.
Nos estuvo enseñando el “Pico, Paco“, “Ovillar hacia delante y hacia detrás“, “Cruzar los brazos“, “Cambiar la mano abierta por la cerrada“, “Degodín, degodán“, “Acóchate que se te ve“, “Peces tibetanos“, peonzas caseras con chapas, bellotas o chinchetas, pistolas de pinzas o de caña, “carautas” y muñecas de hojas de maíz de Galicia, una flauta canaria, juguetes de caña capaces de imitar sonidos de aves, mirlitones, “helicópteros“, “carteras” mágicas, las tablillas,… y con esos juegos aprendimos, además, para que usan las ranas los ojos (no sólo para ver), donde está el Tíbet, o la tabla del 9, pero si algo nos enseñó, sobre todo a las personas mayores que estábamos, es la posibilidad de volver a sentirnos niñas y niños por un instante y vivir el juego, los juegos tradicionales, desde el puro disfrute que produce el “simple” hecho de jugarlos juntos.