Una aclaración previa para quienes desconocen nuestra realidad educativa de Aragón, la “escuela” de Alba del Campo no existe legalmente como escuela ni como colegio, se trata de un aula del CRA (Colegio Rural Agrupado) Cuna del Jiloca, que se encuentra ubicada en la localidad de Alba del Campo.
Y ahora si, resumen de una noticia publicada en [Heraldo de Aragón->
https://amp.heraldo.es/noticias/aragon/2018/09/21/como-vida-una-las-escuelas-mas-pequenas-espana-1267600-300.html].
El colegio de Alba del Campo solo tiene 3 alumnos, como Bello. Medio centenar de centros tienen menos de 6 niños en Aragón.
Unos cuantos colegios resisten con risas y juegos infantiles al avance de la despoblación en el medio rural aragonés. Como el de Alba del Campo, uno de los colegios más pequeños de España con solo tres alumnos. María Pilar Simón (10 años), su hermano David (9) y Khadija El Haroui (3) comparten aula en la vieja escuela de Alba del Campo, de la comarca Comunidad de Teruel. En Aragón, el gobierno apostó por mantener escuelas abiertas con un mínimo de tres alumnos para luchar contra la despoblación y facilitar la escolarización cercana al domicilio. Este curso hay 46 colegios con menos de seis niños, la mitad en Teruel. Bello, en la comarca del Jiloca, también se mantiene con solo tres. Como media docena de colegios en Castilla y León (que este curso ha decidido dejar escuelas con tres niños) y otros tantos en Castilla La Mancha (en Cuenca hay dos centros con solo dos alumnos). Galería:Escuela de Alba del Campo con tres alumnos En este inicio de curso las clase comienzan en Alba a las 10.00. La próxima semana ya empieza el horario completo y las clases serán de 9.00 a 14.00. La maestra, Mariví Elena, viene a diario desde Cella, a unos veinte minutos en coche. La jornada empieza con una asamblea, en la que repasan las actividades del día. Luego, mientras María Pilar y David repasan unas divisiones, Khadija hace ejercicios de grafomotricidad y Mariví busca en el ordenador el vídeo de una canción de la que hablaron otro día en clase. Suena ‘Girasoles’, de Rozalén, una de las canciones preferidas de María Pilar. “El mundo está lleno de mujeres y hombres buenos. Así que le canto a los valientes que llevan por bandera la verdad. A quienes son capaces de sentirse en la piel de los demás (…). Los que riegan siempre su raíz”. “Atentos a las frases, a ver qué os parece eso de ‘los que riegan siempre su raíz’. Y luego hablaremos de la empatía”, les señala la profesora. Organización y diversidad “Una escuela unitaria requiere una organización muy precisa para atender la diversidad de cada alumno. Planifico mucho las clases, con tareas distintas para cada uno de ellos y también actividades en común”, explica Mariví, de 51 años, con casi 30 años de experiencia docente. Tras dedicarse varios años a la formación del profesorado en Teruel pidió reincorporarse al CRA Cuna del Jiloca y eligió venir a Alba, la escuela más pequeña. Este es su segundo curso como tutora en Alba. “Mariví es nuestra profe preferida”, aseguran Mª Pilar y David, que hasta el año pasado cambiaban de tutor cada curso. Los pequeños colegios rurales tienen un alto grado de interinidad y pocos docentes repiten. Mariví tenía claro que quería este centro: “Quería una escuela pequeña. Es muy enriquecedor poder trabajar en una escuela unitaria con alumnos de distintos niveles. La formación de los profesores debería incluir prácticas obligatorias en la escuela rural”, afirma. La escuela de Alba pertenece al Centro Rural Agrupado (CRA) Cuna del Jiloca, junto a los colegios de Santa Eulalia, Villarquemado, Torrelacárcel y Villafranca. En total son 134 alumnos y 23 profesores, varios de ellos itinerantes (los especialistas de Inglés, Educación Física, Música, Religión, Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje). “Tener la escuela abierta es un motivo de alegría” A las 12.00 es el recreo, y Mª Pilar, David, Khadija y Mariví salen a dar un paseo por el pueblo. Les saludan los vecinos que se encuentran a su paso. Alba tiene 178 vecinos censados, y cuenta con un bar, una tienda, un consultorio médico, una farmacia, una peluquería y una casa de turismo rural. “Tener la escuela abierta es un motivo de alegría. Amplía la oferta de servicios del pueblo y permite que los padres puedan elegir una educación más personalizada o trasladarse a otra localidad más grande”, apunta el alcalde, José Herrero. Hace 25 años, cuando él iba al a escuela, eran unos 15 niños en clase. En Alba se vive sobre todo de la agricultura y del trabajo en granjas cercanas. El padre de Mª Pilar y David es agricultor y su madre, dominicana, trabaja en una empresa en Santa Eulalia que fabrica patés. Como el padre de Khadija. La niña llegó hace menos de un año con su madre desde Marruecos. Cuando se le va la vergüenza, Khadija ya habla y canta en español. El curso que viene Mª Pilar pasará al instituto de Cella y es difícil que la escuela de Alba siga abierta. “Inevitablemente muchas escuelas rurales tienden a desaparecer. Nacen pocos niños en los pueblos. Y la gente prefiere irse a vivir a localidades más grandes para tener más servicios y oportunidades. Se pierde una parte romántica: las risas de los niños en las calles. Pero también hay que ser realistas. En nuestro caso la escuela de Santa Eulalia está cerca”, señala Mariví.
Noticia completa en [Heraldo de Aragón->
https://amp.heraldo.es/noticias/aragon/2018/09/21/como-vida-una-las-escuelas-mas-pequenas-espana-1267600-300.html].