Óscar Casado, maestro en el CRA ERIA-Jamuz, que comparten las localidades leonesas de Castrocalbón y Jiménez de Jamuz, ha sido premiado como el mejor docente en la categoría de Primaria de los Premios Educa Abanca 2017.
Fruto de su experiencia docente en distintas etapas educativas, Casado ha ido desarrollando una metodología nueva basada en la autonomía del niño y que pretende ser un puente para los docentes que quieren dejar las metodologías educativas tradicionales y apostar por metodologías activas. Habla con ABC mientras espera defender su tesis doctoral a comienzos de diciembre, en la que plasma su investigación con este nuevo método, «la autorregulación del aprendizaje».
Cuando comenzó a dar clase se dio cuenta de que «había muchas contradicciones entre lo que me habían enseñado y lo que luego me encontraba en las clases», que las clases tradicionales basadas en la lección magistral, lo que se llevaba haciendo mucho tiempo, «obtenían los resultados que obtenían».
Pensó «vamos a cambiar lo que se hace para tener resultados diferentes». Empezó a investigar lo que tenían en común las metodologías activas que ya funcionan en los colegios, como el trabajo por proyectos, «flipped learning» (aprendizaje invertido), el aprendizaje cooperativo…, añadió ideas de grandes pensadores de la educación como Montessori o Giner de los Ríos, y descubrió que su base común era que precisaban de que el niño fuera autónomo. «Las metodologías en sí son correctas, pero fracasaban porque no se había tenido en cuenta lo que tenían que saber los niños antes», que tenían que ser autónomos, ser responsables, saber planificarse, etc., para poder trabajar con esas dinámicas nuevas.
«Los padres me cuentan alucinados que llegan a casa y se ponen a trabajar sin que les digas nada»
Lo primero de todo, responde, «explicar menos» y seguir, al modo como se hace en Infantil, un trabajo por rincones en los que cada alumno sepa lo que tiene que hacer. De este modo, el docente podrá centrar su atención en los que tienen dudas o aquellos que necesitan una atención mayor». En la clase tradicional «no puedo hacer atención a la diversidad porque cuando explico para todos es imposible que todos entiendan lo mismo, con lo cual, no puedo individualizar el aprendizaje, y van quedando lagunas en algunos niños que se van haciendo más grandes, más grandes, hasta que llega un día en que la distancia es tal que ¡ah!, ¡es que tienen que repetir curso!», afirma contundente.
Este docente que, con otros 30 maestros del grupo «Actitudes» colabora formando a profesores y con centros como los CFIE, ha observado, y lo recoge en su tesis, que los resultados mejoran, que los niños con necesidades reciben más atención y personalizada, «los niños están más motivados y son más autónomos», competencias que les servirán de mucho en el futuro, y hasta los grupos de WhatsApp de los padres han desaparecido porque, como cada uno tiene unos deberes, ya no tiene sentido que los padres se pregunten entre ellos «¿qué deberes hay para hoy?».
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Aunque no me gustan los premios a docentes (porque siempre se quedan sin ellos muchas personas con méritos frente a los que son reconocidos por quien los otorga), hay que reconocer que es un interesante artículo no tanto por el premio, sino por el contenido, porque mucho de lo que se propone se práctica en las pequeñas escuelas rurales de España (y de otros países) desde hace muchos años con el objetivo de dotar al alumnado de autonomía creciente y hacerles responsables de su propio aprendizaje, basado en su esfuerzo y en las ayudas de otros (maestros, compañeros, familia, otros agentes de la comunidad educadora…).
Yo he reconocido en esa exposición algunas de mis prácticas en la unitaria de San Vicente de Piedrahita (Cortes de Arenoso, Castellón) y las he encontrado en otros maestros rurales, en blogs de escuelas, incluso en jornadas de escuela rural o en investigaciones (Limber Santos, Roser Boix, Pilar Abós, Antonio Bustos, etc.)
Pero lo más importante para el futuro, quizás sea que Óscar Casado pueda aprovechar en el CRA donde trabaja esas prácticas y verterlas, con visión rural en su tesis, que debe defender en breve. Si es así podremos tener a disposición de las comunidades rurales, sin ninguna duda, un nuevo instrumento de apoyo a la escuela rural y a la formación docente (profesorado, asesores, inspectores, orientadores…).
ÁNIMOS.