Una madre me comenta por el camino que su hija, Eva, no ha entendido lo de las palabras tónicas, que no atina con la tabla del dos, que está muy nerviosa, que no puede parar,… en definitiva, me transmite su propia preocupación, su ansiedad (la familia se ha trasladado hace muy poco al pueblo desde la ciudad). Procuro tranquilizarla, y devolverle la confianza en su hija y en su propia pericia como madre.
Carlitos se me abraza a la vez que me dice que voz dulzona: -Hoy voy a trabajar mucho y me voy a portar muy bien- Me explico sus palabras en el hecho de que ayer le tocó salir un poco más tarde y ayudar a recoger la clase por la acumulación de pequeñas faltas que le había puesto Hugo, el moderador de esta semana. Como yo se lo había recordado, interpretó que me había enfadado con él. -Estoy contento contigo Carlos, te portas en clase como un buen compañero y has aprendido mucho, la noticia que escribiste ayer me pareció genial- Niega con la cabeza y me dice triste. -Yo no soy listo- Le miro a los ojos y con voz firme le digo vocalizando (tiene un limitado conocimiento del castellano) – Me pareces uno de los chicos más inteligentes que conozco-. Sonríe. Le pido un abrazo a la vez que le digo: -Hoy voy a trabajar mucho y me voy a portar muy bien y te nombro mi ayudante, si se me olvida tú me lo recuerdas- Entramos juntos a clase y se lo cuenta al resto de la clase – Hoy soy el ayudante de Miguel-.
Recuerdo la conversación con la mamá de Eva y repasamos lo de las sílabas tónicas, hacemos un listado con palabras de bisílabas (la tabla del dos) con la última sílaba tónica. Nos parece un juego, un desafío, niñas y niños que se vuelven palabras. Todas y todos intervienen. Se intercalan aciertos y errores, asociación de ideas, humor, picardía,… poco a poco, el número de palabras correctas se incrementa y, finalmente, apenas hay desaciertos. La lista aparecida la cuelgo en el panel, me parece más valiosa que le que aparece en cualquier libro de texto, en realidad, que en cualquier otro libro ajeno. He estado observando a Eva, cierto que todavía no a asimilado el concepto, aunque ha acertado alguna y eso ha afianzado su confianza. Le pido a un compañero de su equipo que se lo explique. Incrementa el número de aciertos. Mañana volveremos a utilizar alguna de estas palabras en nuevos textos, algunos por equipos, otro por parejas, otros individuales. La mayoría afianzará lo aprendido hoy, otros lo descubrirá por vez primera, Eva, Carlitos,…se acercarán a la magia de las palabras, descubrirán que tienen ritmo, que bailan al son que se pronuncian,… finalmente las harán suyas. Carlitos se sentirá listo. La mamá de Eva se tranquilizará y con ella su hija.
Tal vez, como la bebida tónica, las palabras estén llenas de burbujas que estallan en la boca y hacen que se pronuncien de una u otra forma dependiendo de donde explota la burbuja. Tal vez, las palabras, combinadas de una u otra forma, tengan el poder de endulzar o amargar la vida como la tónica. Tal vez, ayuden a relacionarse con las demás personas, a animarse,…a quitar la sed. Tal vez, las sílabas tónicas sí se beben y nos ayudan a vivir. Tal vez, existen palabras que tonifican y no esas que sólo salen en los libros de texto y en algunas aulas tristes.
Las sílabas tónicas no se beben.
no encontre lo que buscaba pero la pagina esta buenisima
Las sílabas tónicas no se beben.
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