Por casualidad, vi las imágenes del vídeo de un mono molesto (al final del artículo) y decidí pasarla en clase y someterlas a su consideración. Completé el episodio recreando la historia completa del mono de la imagen, que molestaba a todos los animales de la selva. El mono tenía gracia, tenía un buen corazón y solía caer bien al resto de animales de la selva y, a la vez, resultaba tan molesto que ya se había hartado de él. Así que los animales se habían juntado en asamblea para tomar una decisión. Presidía la asamblea un viejo y sabio gorila de espalda plateada que pidió al resto de los animales que buscarán una solución que sirviera para todas las partes, con la condición de que la solución se haría por procedimientos no violentos y no servirían decisiones irreversibles. A continuación, les pedí que cada uno o cada una se identificarán con un animal de la selva, que se imaginara en aquella asamblea y meditará bien la propuesta que haría a aquella asamblea animal. Un o a uno, fueron haciendo sus aportaciones. Sumando las propuestas se llegó a una conclusión:
– El gorila de espalda plateada, en nombre de todos los animales, hablaría con el mono dejando claro el malestar general.
– Le ofrecería un pacto satisfactorio para todos. Fijando un plazo y unos pagos pactados.
Todos se convirtieron en el gorila de espalda plateada y el maestro en el mono molesto. Tuvieron ocasión de dejarle las cosas claras al mono, incluido Javier que dijo que ese mono se parecía mucho a él, eso no impidió que dijera las palabras más duras contra el díscolo.
Javier manifestó que estaba dispuesto a hacer un pacto que quedó de la siguiente manera.
– Tendría un plazo de dos semanas.
– Los compañeros lo ayudarán, recordándole su pacto, animándole y poniéndole las cosas fáciles.
– El maestro le guiñará un ojo antes de avisarle.
– Durante ese tiempo tendría 5 oportunidades.
– Si en ese plazo había tenido más de cinco faltas a las normas colectivas, tendrá que seguir las clases apartado del grupo, en una mesa aparte, hasta que demuestre que puede estar con los demás y lo admita la asamblea de clase.
Ya ha transcurrido una semana y el cambio ha sido importante. Los compañeros lo felicitan y lo animan para cumplir sus trato. Javier está dispuesto y todos estamos convencidos que lo va a conseguir. Se trata de un reto colectivo